Investigar y divulgar, para aprender ciencia

Compartir en:

Daniela Lorena Lamas. Departamento de Química e Ingeniería Química. Planta Piloto de Ingeniería Química- CONICET – Universidad Nacional del Sur.

Una conducta del ser humano que se ha visto afectada por la tecnología y cultura que él mismo ha creado, es el aprendizaje formal. Algunas décadas atrás, estudiar y aprender, si bien significaba un reto de magnitud, no competía con otras opciones mucho más atractivas a la hora de dejar que nuestro cerebro emocional decidiera si acomodaría su cuerpo en una silla para comenzar con la tarea o con la lectura.

La cultura, por su parte, acompañaba el esfuerzo cognitivo de aprender otorgando significado y sentido simbólico a los contenidos curriculares y también en gran medida a las instituciones educativas y sus docentes y directivos. Los avances de las tecnologías de la información y comunicación generan impactos significativos en los procesos educativos, permitiendo el acceso a nuevos modelos de enseñanza.

Marcial Perez, neuropsicoeducador y director de la Empresa Neuraltis, indica que “la creatividad no se produce dentro de la cabeza de las personas, sino en la interacción entre las personas y un contexto sociocultural”. Este contexto es el que ha promovido el desarrollo de un plan de enseñanza a través de actividades de investigación y extensión.

El proyecto se inició con actividades de divulgación de la Química de los Alimentos en la cátedra Tecnología de Alimentos III 2010 de las ciudades de Tres Arroyos y Coronel Suárez, correspondientes a la carrera Técnico Universitario en Emprendimientos Agroalimentarios que la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), comparte mediante el sistema PEUZO con la Universidad Nacional del Sur (UNS) de Bahía Blanca, Argentina.

Paralelamente se desarrollaron talleres de motivación al aprendizaje destinados a distintas carreras de la Universidad Nacional del Sur. Consecuentemente, se realizaron planes de enseñanza en cursos de temáticas afines en Jornada Universitarias. En todos los casos, la actividad principal se centró en un análisis de requerimientos y necesidades del grupo de trabajo, que determinó las actividades a desarrollar. En segundo término se delinearon varias actividades, propuestas en conjunto por el alumnado y el cuerpo docente. En la etapa siguiente se formuló una exposición y evaluación oral sobre lo aprendido. Por último se realizó una evaluación integral. Se definió un campo de acción, se adjudicaron grados de libertad, y se planteó un tiempo estipulado de resultados obtenidos.

La actividades comprendieron la investigación de un proceso químico de interés actual a través de búsqueda bibliográfica tradicional, seguido de la elaboración de un informe y una exposición oral. Por otro lado, se realizó el seguimiento del deterioro de un alimento elegido al azar por cada alumno, se estipuló un tiempo de observación, y se discutió junto a todo el grupo las posibles causas y consecuencias de los cambios ocurridos. Paralelamente otro grupo de alumnos desarrolló un alimento innovador, y explicó sus usos, ventajas y alternativas de aplicación. El conocimiento a campo se realizó a través de visitas a plantas industriales de la zona.

Las destrezas logradas

La forma de presentación del material permitió que los estudiantes desarrollen la capacidad de síntesis, de organización, y planificación, el razonamiento crítico, la creatividad, la toma de decisiones y el aprendizaje autónomo. A su vez, el trabajo permitió a los alumnos ampliar conocimientos aportados como una base o posibilidad para ser originales en el desarrollo y/o aplicación de ideas, a menudo en un contexto de investigación, con la idea de que desplieguen sus capacidades para elaborar trabajos de investigación, desarrollo e innovación como competencias específicas dentro de la disciplina de la química, y la tecnología de los alimentos. En las exposiciones orales, los alumnos descubrieron la imagen que proyectan al comunicarse, y perdieron el temor a hablar en público, luego de varios ensayos previos.

Reflexión

El aprendizaje se concibe como uno de los fenómenos más complejos de la existencia del ser humano, ya que se trata de un proceso de cambios. La enseñanza tradicional utiliza los métodos didácticos comúnmente conocidos: el analítico, sintético, inductivo y deductivo que son los métodos generales lógicos, es decir un método rígido, no dinámico, y poco propicio para la innovación y el aprendizaje. En una clase tradicional, una persona habla mientras que las demás escuchan. Lo importante es la transmisión de conocimientos, unidireccional.

En la concepción moderna, los momentos del "pensar" es "pensar para actuar", pensar con fin. Los métodos didácticos deberán asentarse sobre una nueva lógica, la que explica la estructura del método científico: delimitar o definir el problema, buscar los datos necesarios, formular hipótesis o alternativas de solución, búsqueda de nuevos datos para cada una de las hipótesis, previsión de las consecuencias en caso de elegir una determinada alternativa, prueba o comprobación de las alternativas.

En la concepción moderna el eje de la actividad se traslada constantemente, y así, los educandos conocen y comprenden el fin y sentido del aprendizaje, y asumen responsabilidades para la obtención de los mismos. Se manifiesta de este modo un aprendizaje por descubrimiento propio, que estimula la creatividad, la innovación y motiva a seguir conociendo. Este método basal es el innato, el sistema que el ser humano admite desde su nacimiento. El valor agregado del docente, se destaca en la labor indispensable para conseguir la actitud favorable hacia el aprendizaje, despertar y afianzar motivaciones duraderas y una acentuada acción de revalorización humana.

Trabajos originales:

  1. "La enseñanza de la química de los alimentos a través de actividades de investigación y extensión". Daniela Lorena Lamas.

  2. "Taller de motivación al aprendizaje para alumnos de ingeniería química". Daniela Lamas y Marcial Pérez. Disponibles en "Enseñanza y Divulgación de la Química y la Física". Ibergarceta, Madrid (2012), ISBN 978-84-1545-224-9, accesible en este enlace.

Contacto: [email protected] [email protected]