La evolución de los lenguajes y la física contemporánea

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Gabriel Baglietto. Instituto de investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (CONICET, UNLP).

La amplitud de los temas tratados por la física hoy en día es sorprendente. Además de la temática tradicionalmente asociada a esta disciplina, existe una gran variedad de artículos en revistas de física sobre economía, música, ecología, inteligencia artificial, demografía, redes sociales, etc. ¿Qué tipo de aporte puede realizar un físico en estos campos? En este artículo comentamos el trabajo realizado por un físico del Instituto Balseiro para entender la evolución de los idiomas.

En 1889 el matemático francés Henry Poincaré descubrió y demostró que un sistema tan simple como el constituido por tres partículas que interactúan gravitatoriamente no podía resolverse exactamente. A partir de ese momento, muchos físicos comenzaron a interesarse en lo que hoy se denominan sistemas complejos, sistemas en los que las interacciones entre sus partes hacen difícil, sino imposible, su resolución exacta.

Así comenzó a generarse una gran cantidad de herramientas matemáticas y conceptuales para extraer información útil de problemas complicados. Ahora estas herramientas se están utilizando en muchos campos del conocimiento. Uno de ellos es el de la lingüística evolutiva, que se encarga del estudio de los orígenes y desarrollos de los diferentes idiomas. Una de las preguntas que trata de responder esta ciencia es mediante qué mecanismo se alcanzó la distribución de idiomas que existe en la actualidad. Se sabe que hay pocos idiomas hablados por muchas personas y muchos hablados por muy pocas. Más precisamente, la relación entre cuántos idiomas son hablados por una dada cantidad de personas sigue una distribución log-normal.

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La mayoría de los modelos que se han propuesto para tratar de explicar por qué los idiomas se distribuyen de acuerdo con esta ley hacen mucho hincapié en los efectos de las mutaciones de varias características lingüísticas que dan origen al surgimiento de nuevos lenguajes y además consideran la posibilidad de la extinción de los lenguajes.

Todo esto parece muy razonable. Sin embargo, los modelos propuestos hasta el presente no lograban reproducir fielmente la distribución real de lenguajes. Damián Zanette del Instituto Balseiro se dio cuenta de que “estos modelos no consideraban el hecho de que durante períodos de tiempo que son cortos comparados con las escalas típicas de la evolución de los lenguajes, los hablantes de una dada lengua pueden variar sustancialmente en número simplemente por los efectos de su propia dinámica poblacional” antes de que por interacciones o alteraciones en la lengua misma. “Por ejemplo, en los últimos cinco siglos –un período que incluye la devastadora invasión cultural de Europa al resto del globo- quizás el 50% de los lenguajes del mundo se extinguieron (entre ellos, dos tercios de los 2000 lenguajes nativos preexistentes en América) o cambiaron drásticamente.

En el mismo período, sin embargo, la población del mundo creció doce veces o más.” O sea que si bien en este período resultó considerable la disminución en el número de lenguas debida a la interacción entre culturas, el efecto en el número de hablantes en las diferentes lenguas producido simplemente por el crecimiento poblacional fue mucho mayor.

Sobre la base de esta observación construyó un modelo que logra explicar la distribución de lenguas existente tomando en cuenta sólo los efectos demográficos. Esto no significa que los otros factores no deban ser tenidos en cuenta, pero parece ser que hasta el momento, los modelos existentes habían menospreciado un factor determinante.

Trabajo Original: D. H. Zanette, "Demographic growth and the distribution of language sizes", International Journal of Modern Physics C, vol. 19, pp. 237–247 (2008). http://arxiv.org/pdf/0710.1511 Instituciones: Instituto Balseiro http://www.ib.edu.ar/

Contacto: Damián Zanette (E-mail: [email protected])