"¡Felicitaciones! Usted ha ganado un premio" - Una mirada de género sobre las distinciones en ciencia

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Paula Bergero. Investigadora de CONICET en el INIFTA (Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas). Docente en la UNLP.

En el área de la Ciencia y la Tecnología existen diferentes instituciones que conceden premios como estímulo, recompensa o reconocimiento a la labor de investigación de alguna persona. Estas distinciones suelen llevar el nombre de una persona destacada del área que promueven, ya fallecida. En general, el galardón entregado al ganador consiste de un incentivo económico, y un objeto simbólico como un diploma de honor o una medalla.  En esta entrada desarrollamos una mirada de género sobre estos reconocimientos.

Evaluación entre pares

La ciencia es un ámbito androcéntrico. Existen abundantes estudios que muestran la existencia de sesgo de género en detrimento de las mujeres. Uno de los efectos de este sesgo es el denominado “Techo de cristal”, un límite invisible pero infranqueable que aparece bloqueando el acceso de las investigadoras a las posiciones de más reconocimiento y/o poder. Los factores que confluyen para generar esta desigualdad son diversos y de diferente índole, pero uno de ellos es la evaluación de antecedentes.

Como se documentó ampliamente en un estudio reciente [1], en las evaluaciones que se realizan en ciencia existe un sesgo de género,  a favor de los hombres, que se hace presente a la hora de analizar candidatos para una posición de investigación en una universidad. Se mostró que este sesgo es no intencional, indistinto a la edad, el status académico y el propio género del evaluador, pero sí tiene que ver con el estereotipo cultural dominante.

Este sesgo de género existente en el mundo de las ciencias en detrimento de la mujer opera también en otros ámbitos donde son evaluados los antecedentes académicos de las personas, como  ocurre con postulantes para ser invitados a dar una conferencia en ciertos congresos o para recibir alguna distinción a la labor científica realizada. En este contexto, no resulta sorprendente que la inmensa mayoría de los ganadores de dichos premios o distinciones sean hombres.

Esta situación de inequidad resulta muy perniciosa ya que refuerza la idea de los científicos hombres como más competentes que sus colegas mujeres e instala fuertemente la idea de que los mejores científicos de la categoría son hombres. La gran visibilidad adicional que reciben estas distinciones, cuyos resultados son recibidos por toda la comunidad e incluso por la prensa, hace que estas ideas sean extendidas a la sociedad entera.

Sin embargo, este no es el único factor que discrimina a las mujeres. Estos premios, salvo contadísimas excepciones, tienen nombre de hombre. Desgraciadamente, no está disponible la información de las personas postuladas a cada premio, sin embargo sí puede accederse a los ganadores, y en ocasiones, al jurado. Así, resulta que los jurados de estos premios con nombre de hombre son también hombres, y los ganadores, por supuesto, son mayoritariamente hombres. Las mujeres parecemos estar excluidas de este circuito de reconocimiento.

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Decime cuál, cuál, cual, es tu nombre

Aquí, para ilustrar, se listan los nombres de algunos premios que concede la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales: Premio “Félix Lilli” en Ingeniería Vial, Premio “Pedro Cattaneo” en Tecnología de Alimentos, Premio “Angel L. Cabrera” en Ciencias Biológicas, Premio “Juan Olsacher” en Ciencias de la Tierra, Premio “Patricio Laura” en Ingeniería Mecánica, Premio “Venancio Deulofeu” en Química, Premio “Pedro E. Zadunaisky” en Matemática, Premio “Carlos C. Bollini” en Física, Premio “Ramón Enrique Gaviola” en Astronomía, Premios Estímulo en Física "Guido Beck".

Esta elección de nombres masculinos no representa un caso aislado. Premio "Dr. José A. Catoggio" de la  Asociación Argentina de Químicos Analíticos, Premio “Rey Pastor” de la Unión Matemática Argentina, premios “Luis Masperi” y “J. J. Giambiagi” de la Asociación  de Física de Argentina, y la lista podría seguir. Una singularidad para celebrar es la distinción que otorga la Asociación Argentina de Investigaciones Fisicoquímicas cada dos años a científicos talentosos de la Argentina, de hasta 47 años de edad, que se hayan destacado por su labor en la investigación y el desarrollo de la fisicoquímica. Este premio lleva el nombre “María Cristina Giordano”. También otorga otros dos premios con los nombres “Hans  Schumacher” y “Pedro J. Aymonino”.

And the winner is...

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva –recientemente degradado a Secretaría por el Gobierno actual- inició el 2003 la entrega de los Premios “Houssay”, “Sábato” y fugazmente (entre 2010 y 2011) entregó también el premio “Rebeca Gerschman” a investigadoras de más de 60 años. Desde 2008, se agregó la ”Distinción Investigador/a de la Nación”.

Los premios Houssay tienen varias categorías. En la categoría Trayectoria, entregada 25 veces, las mujeres representan un 24%. En las otras, que han sido otorgadas en menos oportunidades, la representación femenina ronda el 30%. En esta línea de premios que no llevan nombre propio hay otros, como el "Premio a la labor científica, tecnológica y artística de la Universidad Nacional de La Plata", el premio que otorga la Sociedad Argentina de Biofísica a la mejor tesis doctoral, y los Premios Trayectoria y Estímulo de la Fundación Bunge y Born. El Premio Bunge y Born a la Trayectoria se otorga desde 1964 “a destacados científicos argentinos” y sólo fue recibido por 3 mujeres, es decir, un 5,5%. En cambio, en el Premio Estímulo, destinado a jóvenes investigadores, iniciado en 2001, el porcentaje de mujeres es mayor: 30%.

En el nombre del premio

¿Por qué insistir en que el nombre del premio es relevante? Porque es el lenguaje el que establece nuestras categorías de pensamiento y construye la cosmovisión desde la cual percibimos el mundo. El lenguaje opera como principio de clausura: su límite es el límite de los significados que constituyen el mundo. En palabras de Wittgenstein, «los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo». Según su análisis de la violencia sobre las mujeres, Sánchez y Femenias resaltan “la importancia del lenguaje, no sólo como opción de clausura sino, fundamentalmente, como factor de apertura a la resignificación, el reconocimiento, el sentido y la toma de la palabra de las mujeres; un modo de ruptura con los pactos de silencio, implícitos y  efectivos, que suelen encubrir la violencia contra las mujeres” [2].

Y la invisibilización es considerada una forma de violencia. Simbólica, pero violencia al fin. Como expresan Estrada y Cormik en su carta, “La falta de acciones tendientes a combatir las desigualdades de género constituye implícitamente una aceptación y prolongación de las condiciones actuales.” En este sentido, el uso de lenguaje inclusivo en la comunicación oficial, el establecimiento de premios con nombre de mujeres destacadas de la ciencia y la vigilancia de adecuadas representaciones de género entre quienes otorguen y entre quiennes obtengan los galardones se presenta como una interesante vía de apertura para resignificar el rol de la mujer en la ciencia, desdibujar el androcentrismo y acercarnos a la igualdad de oportunidades.

La falta de acciones tendientes a combatir las desigualdades de género constituye implícitamente una aceptación y prolongación de las condiciones actuales. La ausencia de mujeres entre los conferencistas invitados resulta grave no sólo como falta de reconocimiento a la labor femenina en el área, sino también como mensaje para las estudiantes y becarias, en la medida en que se les muestra la física como una ciencia eminentemente masculina.

Laura Cecilia Estrada y Cecilia Cormick (Carta abierta a la Asociación Física Argentina, año 2017)  

Referencias

1. Moss-Racusin, C.A., et al., Science faculty’s subtle gender biases favor male students. PNAS, 2012. 109(41): p. 5.

2. Sánchez, E.A. and M.L. Femenías, Articulaciones sobre la violencia contra las mujeres. 2008, La Plata: Edulp.

Comentarios

Cecilia -

Excelente! Espero que sea leído por los varones que visitan este sitio.


Sebastian -

Muy bueno! El mensaje es muy claro.


Lina -

Muy buena nota!


Maite -

Muy buena nota. Así como en la ciencia lo mismo sucede en el arte, está instituido que los premios y los museos lleven nombre de hombres. Hay que continuar señalando las desigualdades.


Guillermo Luis -

Muy esclarecedor texto , me parece que es la punta del ovillo.